martes, 29 de abril de 2008

Avisos Incalificables Desagrupados

SALUD, BELLEZA Y COSMÉTICA
Escala_fast-fat_out

Baja de peso de una manera natural, y sin pasar hambre (casi).
Incorpórate ya mismo voluntariamente como docente, pasante, auxiliar, ayudante alumno, o postulante a Adscripto, en alguna Cátedra de la Carrera de Ciencias Biológicas y reserva el Anfiteatro III (ubicado en la 4ta planta del Edificio Centro) para el dictado de tus clases (dos a la semana, como mínimo).
Resultados garantizados al cabo de sólo un cuatrimestre!!! (ver la figura demostrativa a continuación, y más abajo el testimonial y la foto de alguien que optó por este increíble sistema).
Evolución de su figuraLa inscripción es sin cargo alguno, al menos hasta que se percaten muchos…
No se pierda la Gran Promoción "Día del Trabajador" (ver más detalles al pie de este anuncio).

Llame ya!!

AVISO: Se requiere un esfuerzo físico considerable. Consulte previamente a su cardiólogo de confianza. Es recomendable tener póliza de seguro de vida al día. Siendo de elección libre, no nos responsabilizamos por accidentes.

Testimoniales auténticos de quienes fueron beneficiados por este revolucionario sistUsuaria satisfechaema (los perjudicados no opinan):
"El método es fantástico!! Y es totalmente gratis!!!
Sólo debes dictar o participar en las clases... y ya está!
Bajas de peso rápidamente, quemando las grasas y tonificando tu masa muscular al mismo tiempo, y casi sin tener hambre (al menos no más de la normal para un docente universitario
).
Yo recomiendo Escala_fast-fat_out!!!"

Gran Promoción Día del Trabajador: Sea el primero en ingresar un comentario revelando quién parece ser la enigmática mujer de la musculosa azul, y gane un premio sorpresa (dietético, obviamente). Válida sólo en Córdoba Capital y hasta el ingreso de la próxima entrada.

sábado, 26 de abril de 2008

SERIE: Narrativa Hiperrealista Cruel (4a entrega)

ESTILO: Novela dosificada
Relatos fantásticos sobre realidades absurdas

(Primera Dosis -requetevencida-: LA AVALANCHA, pinche aquí para administrársela)
(Segunda Dosis -revencida-: EL ASCENSO,
pinche aquí para administrársela)
(Tercera Dosis -vencida: EL PARAISO,
pinche aquí para administrársela)
ADVERTENCIA: más de dos dosis son perjudiciales para la salud

Cuarta Dosis: LA INVITACION

Entré a mi oficina, clave de timbres mediante, ciertamente más relajado en todo sentido. Esta vez tuve que bajar y subir a pie sólo un piso, pero me espera un largo descenso a la noche, porque en la escalera me comentaron que el ascensor se descompuso. Lástima, era viejo pero gauchito!
Devuelvo a la pila correspondiente sobre mi escritorio, el interesante paper que acabo de leer durante mi prolongada estancia en el baño. Veo una gran bolsa de plástico negra, ahí en un rincón, y me acuerdo que no saqué la basura anoche. Ocurrió que me fui un poquito más temprano, siete y media de la tarde, y según el último Memorandum que nos hicieron llegar, hay que sacarla (perfectamente embolsada) recién después de las ocho. Tendré que venir urgente hoy, después de ayudar a mi hijo en su famoso trabajo grupal de Biología, a sacar esa bolsa al pasillo exterior. O a lo mejor puedo hacerme una escapadita después de cenar. Le sugeriré a mi esposa que tenga lista la comida temprano y que prepare algo liviano (por las dudas el ascensor siga sin funcionar hasta esa hora).
Luego del clásico flash de ideas irrelevantes, vuelven a repiquetear en mi mente las dudas que tenía sobre el informe para la Facultad, que seguro es el más urgente: tenía toda la impresión de que se trataba del mismo que entregué hace dos meses (para la renovación del cargo). Podrá ser? No…, bah! No creo. Para qué me lo pedirían de nuevo… Pero por las dudas llamaré al Director de Departamento... Total, con preguntarle no pierdo nada... y él tiene que auxiliarnos en estas cosas. Es cierto que nos mandó un Email con todas las indicaciones detalladas! No! Fueron dos los Emails (pesado el hombre!). Pero lo hizo con tanta anticipación, que para qué iba yo a leerlo entonces? Y encima, con la marea de Spam que nos entra a diario, capaz que en el interín lo borré. Y si ya nomás le pido que por favor me lo re-envíe, aduciendo que nunca me llegaron esos archivos adjuntos? Que buena idea! Aprovecho y ahora mismo lo llamo. Corroboro, como corresponde, que el cable no se haya desenchufado de nuevo de la boca en la pared y marco el interno.
Pero… Qué pasa que no atiende nadie en esa oficina? La central telefónica no puede estar fallando porque es nueva. Seguramente la secretaria debe haberse ausentado por un ratito. Porque ahora ella no está faltando… tanto. Mejor pruebo conectarme por medio del telefonista, porque como no me explicaron como funciona la central, puede que esté llamando a otro lado… Pucha! Tampoco me atiende nadie. Marqué bien? Corto y llamo. No, no hay caso. Seguro que salió por un momento el encargado (de nuevo?). Bueno, no importa, intentaré dentro de un rato, si me acuerdo. Mientras llamaré para que me reserven un aula para una charla que dará un colega del extranjero. Uy, cierto! Mejor no llamo nada, porque ahí me atienden seguro y desde hace más de una semana que les estoy debiendo el cronograma de mis clases de este año y qué otra cosa….? Ay! Ay! Ay! ¡La rectificación de actas de regularidad, me olvidé de ingresarla como me pidieron! No, mejor ni pensar en llamar, porque ahí son demasiado responsables y seguro que me van a retar. Entonces? Ya sé! Llamaré a la Secretaria del otro Departamento y le pediré que ella, a su vez, llame y me haga la reserva –seguro que me hará ese favor-. Pero tengo que aprovechar para hablarla ahora a la mañana, porque me enteré que a la tarde ella no puede venir más: le dijeron que no hay más fondos para pagarle esas horas complementarias (ojo! ni a ella ni a nadie, eh! Y sí…, hay que economizar!). Ahora que lo medito, conviene que a ella tampoco la llame, porque también me atiende seguro y ando en plan de esquivarla. Resulta que me está persiguiendo últimamente por los pasillos, con una calcomanía con un código de barras, que le entregaron equivocadamente a ella y me la quiere dar para que la pegue en un aparato que compramos con un subsidio y donamos a la cátedra, hace dos años! Pero a ella se lo dieron sin ningún dato más, y cómo voy a saber ahora a cual de todos los equipos que trajimos en ese entonces le corresponde justo este “sticker”?!
Habiéndome arrepentido de mis intenciones de comunicación, me propongo buscar el trapo rejilla que tengo siempre a mano para limpiar los vidrios de la ventana, pero no lo encuentro (como siempre! seguro que me lo sacó algún otro profesor de alguna oficina vecina!). Entonces, cuando voy a tomar el desgastado escobillón que traje de la cocina, para darle una pasadita al piso, veo que se acaba de recuperar el sistema informático y me están entrando, de a poco, los nuevos Emails. Me fijo que ya entraron… cincuenta!!! Pero cómo tantos? Si revisé la casilla conectándome ayer antes de irme, a las siete y media de la tarde y, después, a medianoche en casa borré treinta mensajes basura nuevos!!! No te digo que este spam nos está matando! Cómo harán en otros sitios? No, mejor ni pensar en eso... Seguro que es muy caro o imposible de implementar en nuestro servidor de la Facu.
A ver, a ver,…qué mensajes me llegaron?: Alargue su… Ejem!! Ejem!! No, eso precisamente no me hace falta (me digo más que orgulloso), estas pastillitas azules… tampoco!... por ahora (continúo orgulloso, pero el subconsciente me traiciona y decido no borrar el mensaje), el video del Tantra y Kamasutra ya lo tengo (y la verdad que desde hace mucho tiempo me es útil: lo coloqué con su práctica cajita protectora bajo la pata de la mesita de luz en mi dormitorio, y quedó re-bien nivelada!). Hay también un mensaje de uno que joroba con que visiten el Blog que acaba de abrir -qué cargoso! No tendrá otra cosa que hacer!-, otro sobre cómo ahorrar en la compra de cartuchos alternativos de toner que no son los que van en mi impresora (ojalá tuviera esa láser que no alcancé a comprar con los fondos que me dieron del otro subsidio que ganamos, ni con los de la cooperadora -bueno los dos eran medio escasos, pero este último sirvió para otras cosas, como la resma de papel, una recarga del cartucho de tinta negra –ojito! El de tinta negra, porque el de color está vacío hace rato, y bueno!... Si casi no lo necesito-, y unas cuantas fotocopias –porque el resto de las cosas las pagamos entre todos los docentes de la Cátedra-). Sigamos viendo… Estos cursos de perfeccionamiento y de postgrado son interesantes, pero lejos y demasiado caros para mis ingresos. Luego están las ofertas de restaurantes en Puerto Madero, el after-office en las Cañitas, unos links que son muy sospechosos, este con nombre difícil que me regala un millón de Dólares si le doy el número de mi cuenta bancaria, y este otro me avisa que en un sorteo en el que nunca participé me gané… cuántos Euros?! (Mmm… cuando la limosna es grande…).
Bue! Borrando… borrando,… uy! Alcancé a ver que se me fue al basurero junto con los anteriores uno importante: el de la Secretaría. A ver si lo recupero…. Sí!! Bien!!! Ahh! Soy un maestro de maestros!... Pero… Si es el mismo mensaje que está a continuación y que me mandó la otra Secretaría, y que también retransmitió el Departamento y que envió además el administrador de correos de la Facu (que buena organización, de esta forma se aseguran que no nos perdamos ninguno de sus correos). Y bueno, ya que estamos los dejo. Más vale que sobre…, no?!!
Pero… Epa!! Aquí hay varios mensajes importantes en la lista de los que quedaron. Aha!!! Empezaré por abrir éste, que parece realmente interesante... Click, click... A ver, qué dice?... Qué letra tan pequeña! Busco los lentes que llevo siempre en mi bolsillo (son para la presbicia) y leo perfectamente que me lo envía el Prof. Dr. Elvio Manso Inollora, un prestigioso colega y compatriota que conocí hace unos cuantos años durante un Congreso Internacional en Alemania y con el que, a partir de entonces, entablé una gran amistad. Me comenta que va a venir la próxima semana a la Facu, porque fue oficialmente invitado a formar parte de un tribunal de concursos docentes en el que se proveerán varios cargos de Profesores Regulares, para una Cátedra de nuestro Departamento que tiene alguna relación con su especialidad (como los recursos económicos para educación son siempre escasos, y los Profesores Titulares por concurso no abundan, aquellos que están disponibles más a mano -y que no se excusan sistemáticamente-, deben ser aprovechados de una manera multipropósito, más aún cuando son de Universidades geográficamente cercanas).
Esforzando al límite mi frágil memoria, recordé que en una reunión del Consejo Departamental hace poco más de dos años, propuse su nombre, justamente para integrar el tribunal de este concurso. En base a sus impresionantes antecedentes, sin dudarlo decidieron convocarlo como miembro titular (seleccionándolo entre muchos otros que habían sido propuestos, con estupendos antecedentes). Finalmente, lo invitaron de manera oficial y él me dijo que, luego de dudarlo bastante (por las derivaciones que frecuentemente suelen tener estas cuestiones procedimentales), terminó aceptando el ofrecimiento. Cuándo fue que estuvo aquí por última vez, por este mismo motivo? La verdad sea dicha, ya no me acuerdo bien, como los concursos para cargos docentes suelen salir de a poquito...

(CONTINUARÁ...)
Quinta Dosis: EL PEREGRINO

miércoles, 23 de abril de 2008

Avisos Incalificables Desagrupados

EMPLEOS
Pedidos Injustos


Renombrado establecimiento universitario requiere una persona de sexo masculino, musculoso, con Indice de Masa Corporal (IMC) entre 18 y 25 (normal-saludable), excelente estado físico, buena voz, y manejo de idioma inglés (no excluyente).
La tarea a cubrir consistirá en prestación de servicios diarios y continuos de changarín para el acarreo a upa de Profesores, adultos mayores, personas con discapacidades motrices, eventuales embarazadas y bártulos de diverso tipo y tamaño, trasladándolos de un piso a otro, indefectiblemente por las escaleras.
Se ofrece contrato inestable, pero cobertura médica y odontológica integral (incluye Servicio de Emergencias), salario rozando el límite de pobreza, aunque compensado por la provisión de vales ilimitados para canjear por desodorantes de marca y Ratisalil, e ingresos extra provenientes de alguna que otra propina.
Los postulantes deberán presentar: CV resumido, electrocardiograma y ergometría recientes, seguro de sepelio vigente, y foto de cuerpo completo vistiendo uniforme, tal como se muestra en la foto indicativa. Aquellos que resulten preseleccionados, deberán someterse obligatoriamente a una evaluación de levantamiento de pesas, test de Cooper y prueba de canto (tema a elección, dentro del rubro Canzoneta Napolitana de uso común por gondolieris). Fumadores compulsivos, o con las uñas comidas, rastas, alitosis, o excesiva sudoración, por favor abstenerse.

domingo, 20 de abril de 2008

SERIE: Narrativa Hiperrealista Cruel (3a entrega)

ESTILO: Novela dosificada
Relatos fantásticos sobre realidades absurdas

(Primera Dosis -re vencida-: LA AVALANCHA, pinche aquí para administrársela)
(Segunda Dosis -vencida-: EL ASCENSO, pinche aquí para administrársela)
ADVERTENCIA: más de dos dosis son perjudiciales para la salud

Tercera Dosis: EL PARAISO

Sumido en mis pensamientos, que lamentablemente se desvanecieron cuando quise ordenarlos, me paro frente a la puerta de entrada al sector de las oficinas de la Cátedra a mi cargo (bueno, esto último es un decir, porque pese a que nunca hubo Profesor Titular, y yo cumplo todas las actividades de éste desde hace más de diez años, todavía no me reconocieron oficialmente en esa función. Cierto que me explicaron que debo pedirlo por expediente!...). Concentrate! La llave… la llave, donde tengo todas las llaves? Obviamente, según la ley de Murphy, debían estar en el bolsillo opuesto a mi mano libre… Eso es! Y tanteo el manojo estilo San Pedro, que acarreo de un lugar a otro (noto que se me está rompiendo el interior del bolsillo. Por esa razón es que pierdo permanentemente monedas por ahí!). Lo saco y pruebo una, dos, tres llaves. Pero no! justo la llave de esta puerta no está en el llavero. Claro! si yo mismo compré la cerradura nueva la semana pasada y no me alcanzó el dinero para hacerme una copia para mí. Muy atinado ese Memorandum general de las autoridades, recomendando los cambios de cerraduras, para aumentar la seguridad. Además, si con posterioridad faltase algo u ocurriese algún problema, los docentes seríamos los responsables… Mientras miraba lo bien que había quedado la cerradura (y eso que la cambié yo mismo, con mis herramientas de casa!), toqué el timbre usando la clave adecuada para que un compañero de la Cátedra me abriera. Usamos el código más sencillo posible, acorde a la cantidad de gente que trabaja diariamente esas oficinas y laboratorios: 2 timbres cortos, seguidos de un silencio corto y luego 1 timbre largo, 2 cortos y 2 largos. Por suerte compramos este timbre! Cuando no está descompuesto, es la gran solución! El portero eléctrico, en cambio, era demasiado caro y además quién haría (y pagaría) el cableado y la instalación… En definitiva, cuando tocan sólo hay que dejar de trabajar y caminar diez metros para ir a abrir. Después de esperar un rato, abrieron la puerta. Pero no era un docente de mi Cátedra, sino del laboratorio vecino a mi oficina, que estaba notablemente apurado. No salió para atender mi llamado, sino para ir hasta el baño en el otro piso. Al imaginarme su destino escaleras abajo, recordé que los Profesores Auxiliares de mi Cátedra tenían hoy el dictado del Trabajo Práctico de campo, y debieron salir en el ómnibus de línea, una hora antes del horario de la clase. La última vez que fuimos, un par de años atrás, tuvimos que hacer unos cuantos trámites y notas para reservar el turno y luego cobrar a los alumnos y pagar por anticipado el estupendo micro de la Universidad. Resultó un poco complicado y por eso decidimos dejar de usarlo. Además, aún no recibimos explicaciones de lo que pasó, pero el transporte no estaba esperándonos el día y hora contratados. No obstante, este malentendido desembocó en una linda caminata con los estudiantes, todo ese día (desde y hacia la parada del ómnibus de línea, y durante las actividades del Trabajo Práctico). Además, como los experimentados profesores habían llevado protector solar, pudieron proveerle un poquito a todos los estudiantes (hasta que se les terminó), y a partir de entonces lucimos un estupendo bronceado natural, por varias semanas! Por fin! Usando una de las llaves del manojo, no me pregunten cuál, entro a mi oficina. Mi primer reflejo es prender la luz, pero… por qué no enciende? Ay! Cierto que tengo que abrir la ventana (también viene bien por la ventilación, salvo en invierno), porque la reactancia del artefacto de iluminación aún no me la han podido cambiar. ¨Por el momento no hay plata!¨ me respondieron. Debe ser un componente medio caro. Eso fue hace algo así como un mes, pero ahora creo que era…. Por qué era ahora? Ah! Sí!: el electricista de la Facultad no tenía tiempo de subir durante la semana. Sin embargo, si combino con él, me dijo que el sábado próximo vendría sin falta y me haría el trabajo de manera particular. Qué gaucho! Es evidente que tiene buena onda conmigo. Pero, ufa! No le pregunté si me entregará una factura conformada B o C por el pago de sus servicios, porque sino la Cooperadora de la Facultad me rechazará la rendición de cuentas que tengo que elevarle a fin de mes. También debo fijarme que él tenga un sello de "Pagado", para estampar en su factura. O mejor compraré un sello, por las dudas, ya que siempre viene bien tener uno. Ah! y fijarme que no esté vencido el talonario, porque la vez pasada por eso me devolvieron la factura del mecánico que me arregló la camioneta. Y tuve que pagar esa suma de mi bolsillo, nomás, porque no iba a volver a esa provincia... En definitiva, la culpa era mía, porque medio que me di cuenta que la factura podía no estar en regla, pero cómo le iba a exigir de todo a ese buen hombre que me remolcó veinte kilómetros para sacarme afuera del monte. Umm… No, la verdad que pensándolo mejor, se me complica un poco, así que voy a ir mañana a la ferretería de la próxima cuadra, ahí ya me conocen y me dan crédito, y compro la reactancia y la cambio yo. Total de electricidad entiendo bastante. Eso sí, debo preguntarle a alguien que sepa donde está ubicado el tablero con las llaves de corte de energía eléctrica generales del sector, porque yo no tengo idea y no quiero hacer un cortocircuito como aquella mañana, cuando intentaba reparar ese tomacorrientes que levaba suelto como un año (que vergüenza! Dejé sin energía eléctrica a todo el piso completo, y no conseguía a nadie que arreglara mi desbarajuste. De ahí en más tengo presente averiguar por adelantado si estará en el edificio algún electricista, antes de tocar nada). Y una escalerita, habrá en algún lado una escalerita? Vaya uno a saber… La de casa ya no está mas en condiciones de usarse y además, como es muy grande, era bastante complicado traerla en mi autito. Pero herramientas, en casa tengo un montón! Hasta un taladro de percusión de buena marca, me compré en un ofertón, cuando necesitaba fijar a la pared de la oficina la toma del teléfono, para no pisarla más (tuve que comprar dos, porque no salieron muy resistentes). Sobre la marcha, con la habilidad que otorga la costumbre, prendo la PC (también adquirida con un subsidio de investigación, hace cuántos años ya?...), porque tengo que ver mis Emails con mucha urgencia. Resulta que cuando consulté mi casilla anoche a la medianoche desde mi casa, vi que había un par de mensajes aparentemente muy importantes. En ese momento justo estaba un poquito cansado, y los dejé para ver hoy en la oficina, después de dictar la clase. Pero no crean que en casa trabajo mal, de ningún modo, diría que tan bien o mejor que en la oficina. En casa tengo banda ancha bien pulenta, otra PC, un router que me da Wi-Fi y mi propia red para hasta diez PC (a veces ha habido tres funcionando simultáneamente, cuando invito algún colega amigo a alojarse, para que se ahorre el gasto de hotel). También tengo algunos lujos, como calefacción, aire acondicionado, scanner, impresora y otros chiches, que uso a diario para trabajar a la noche. Todo lo fui comprando de a poco y en ofertas para pagar de mi bolsillo, pero con mi desgastada tarjeta de débito (así me ahorré además el 5% del IVA!!). Bien, paso a organizarme… Entonces, qué me tocaba hacer ahora... Mientras arranca esta batata electrónica, en qué puedo ir ganando tiempo? Ya sé…, agarro el teléfono y llamo al Director de Departamento. Debía preguntarle un par de cositas importantes: a ver …. Primero, qué era? Ah! Sí… el bendito informe anual de actividades que debo presentar… cuándo era? En abril…, pero en qué fecha exacta?… No!, esa fecha es para el del Consejo de Investigaciones (CONI)! Y… uy! todavía tengo que leer las instrucciones para ese informe. Qué cosa nueva se les habrá ocurrido para este año?, y después tengo que cargarlo junto con mis datos en la intranet. La clave! la clave de acceso a intranet!... donde… la anoté? Evidentemente ya no soy el mismo. Antes me acordaba la docena de claves indispensables para todas las actividades, incluyendo las dos del programa de gestión TEPOTI. Era así que se llamaba? Voy a tener que buscar el Email del CONI donde me daban el nombre de usuario y la clave de intranet. Pero en cual PC lo bajé? Y después deberé bajar los formularios, subir los PDFs, fotocopiar los trabajos no publicados, escribir el informe, imprimir la carátula y el cuerpo del informe y llenar la declaración jurada, e ir al otro edificio a buscar a quien debe firmarla y retirar la copia de la declaración de AFIP y el recibo de sueldo! Y llevar toda la documentación personalmente a la delegación del CONI, en carpeta de cartulina (y únicamente se aceptará color amarillo), para que me den el recibido en tiempo y forma. Bueno, mejor no me preocupo, total aún hay tiempo…. Y ahora qué pasa que no anda el Email? A ver la Internet? Tampoco. Mmm… deben estar haciendo mantenimiento de la red, o del servidor. Aguardaré un momentito. Para matar el tiempo, tomo uno de los muchos papers que están sin leer (aún!) sobre mi escritorio (nuevito…, lo compré yo mismo con lo que generé por servicios a terceros). En el preciso momento en que la nostalgia de aquellos días de lectura científica actualizada se estaba por apoderar de mí, sentí que me invadió explosivamente una necesidad incontrolable de dejar salir eso que venía pujando desde hacía rato en mi interior. Entonces, de un golpe sobre la vieja y remendada silla (estoy ahorrando para comprar una nueva, full, full!), sacudí el polvo que estaba pegado al paper y enrollándolo decidí partir de inmediato, ansioso de un buen momento de lectura científica, hacia el baño. Dónde puse las llaves?…

(CONTINUARÁ….)
Cuarta Dosis: LA INVITACIÓN

jueves, 17 de abril de 2008

¡Gracias por el Chocolate!

¡¡¡Hola a todos mis fieles (e infieles) seguidores!!!

-Ojo! No se ofendan aquellos que han optado por no leer el Blog, por considerarlo irreverente (o algo así). No es que no quiera saludarlos precisamente a Uds, al contrario. Lo que ocurre es que, justamente por su propia opción, sé que sería inútil hacerlo por esta vía. Continuaré, por supuesto, saludándolos personalmente, porque los aprecio igual-



Me tomé la licencia de hacer una pequeñísima pausa en la administración de las dosis de los Relatos Fantásticos, que parecería que están gustando. Esta decisión no fue para proteger su precaria salud mental, sino para cumplir con la URGENTE NECESIDAD DE AGRADECER/LES. Era una cuestión de conciencia, pese a que algunos dirían que de ella me queda poco o nada…

El éxito inicial de este Blog parece haber superado con creces mis expectativas (¡en todos los sentidos!). A diario sigo atentamente las estadísticas de visita y lectura, y de las visualizaciones del material multimedia, particularmente del videoTour por la Facultad” (parece haberse convertido en un clásico).

¡Ustedes son realmente impresionantes! Por favor, sigan así de interesados. Ya iré incorporando nuevas secciones. Solo ténganme un poquito de paciencia, porque estoy aprendiendo de esto a medida que avanzo (de a pequeños pasos, por eso son siempre bienvenidos los consejos constructivos!).

Quiero agradecerles absolutamente a todos!!:

A quienes dejaron por escrito su comentario sobre alguna entrada del Blog (copiemos su ejemplo y animémonos a decir lo que pensamos: ¡ejerzamos ese derecho! Es el de todos y de cualquiera de nosotros!).

Y a quienes que me acercaron material y me hicieron sugerencias para posibles futuras entradas o mejoras. Estoy recién en el comienzo, así que debo ordenar, clasificar y sistematizar todo esto, para recién evaluar su publicación.

También a aquellos que calificaron con estrellitas las entradas, y a los que hasta hoy simplemente visitaron el Blog y leyeron algo (desde diversas localidades de Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Uruguay, Venezuela, Alemania, Australia, Estados Unidos, España, Francia). Por favor, si les resultó interesante, díganlo o califíquenlo, ya que no tengo otra forma de enterarme!

Asimismo, a los que recomendaron este Blog a otra/s persona/s, y a los que me escribieron Emails de aliento y felicitación desde distinas regiones de Argentina (Patagonia centro, El Imperio, Salta la linda, Entre Ríos, y obviamente la Docta) y del extranjero (España, Bolivia, Venezuela, Australia, Estados Unidos -espero no haberme olvidado de ninguno-).

Además, por supuesto, a los colegas docentes, a una autoridad, a los no-docentes y a los alumnos de grado y pos-grado, que me lo dijeron en persona, en palabras, en un aplauso!, estrechándome la mano, con palmadas en mi espalda y ¡hasta con un abrazo!, o con un simpático pulgar hacia arriba (“vai para frenti!”). Se imaginan que todas esas manifestaciones de aliento, me dan una inmensa alegría y me inyectan mucho más entusiasmo para seguir adelante. Iba a decir: “¡no los voy a defraudar!” Pero esa frase está devaluada desde hace un tiempo… Entonces les digo: ¡Esto es sólo el comienzo!

Finalmente, también quiero agradecer muy especialmente a alguien que, sin estar ligado de manera directa a la actividad académico/docente o de investigación científica (aunque sus hijos cursan carreras en otra universidad pública), se tomó el tiempo y gastó dinero de su bolsillo para llamarme y hablar sobre este tema un largo rato por teléfono, desde la lejana y amada Patagonia austral, sí… esa que es bien austral. El es un productor agropecuario y un empresario emprendedor, que lucha día a día contra viento y marea (¡y ambos son fuertes allá!). Además, desde hace tiempo, un buen amigo. Me felicitó, pero lo más importante y que me conmovió realmente, fue que me dijo: "¿Qué podemos hacer para ayudarles a cambiar eso, desde aquí?!! Y ahí se me secó la garganta y se me hizo un ñudo en la voz... Sólo atiné a decirle: ¡mil gracias!

Sin duda, fue de lo mejor entre todo lo bueno que me pasó en esta excelente semana…

martes, 15 de abril de 2008

SERIE: Narrativa Hiperrealista Cruel (2a entrega)

ESTILO: Novela dosificada

Relatos fantásticos sobre realidades absurdas

(Primera Dosis -vencida-: LA AVALANCHA, pinche aquí para administrársela)

Segunda Dosis: EL ASCENSO

Este ascensor que no viene… Qué estará pasando esta vez? Decididamente encaro hacia las escaleras, total… debo subir sólo cuatro pisos y ya tengo largo entrenamiento. Que tal me irá si me inscribo en alguna competencia a campo traviesa? Podría preguntarle a la estudiante del posgrado que participa regularmente en esas carreras. Así, si me pasa algo tendría quien me rescate, o notifique a mis deudos. Y como si hubiese escuchado la señal de largada de la maratón, me lanzo al ascenso, zigzageando entre los alumnos sentados en los peldaños, esquivando otros que van subiendo o bajando (los apurados, y los de andar cansino), los tres que están parados charlando, la pareja absorta en sus mimos y arrumacos, y más arriba los que están discutiendo en el descanso (noto los ojos llorosos de ella…), y también no podía faltar el que viene tipeando frenéticamente el celular –este es la variante de escollo más difícil de eludir sin chocárselo-. Trato, al mismo tiempo, de no tropezarme en los viejos escalones de delicado mármol, rotos y desgastados por el transitar de los últimos 50 años. Noto que por la energía con que vengo subiendo, se me desató el cordón del zapato izquierdo. Que oportuno! En el trayecto también cruzo dos palabras ("todo bien?") con los colegas que vienen bajando o subiendo raudamente (transpirados ellos, no yo, por la humedad reinante). Y ya que estamos, voy revisando piso por piso, si está parado allí el ascensor. Pero no… Hoy tampoco tuve la suerte de otras veces.
Continúo la ascención… voy subiendo y subiendo, sin parar… Ni me agito, eh! (pero me preocupa lo que pasará en algunos años más). Me aseguro de que la notebook siga bien calzada y que en mi hombro izquierdo sigan colgados mi mochila con los libros y el bolsito que contiene el preciado tesoro, ese que todos ansiamos pero sólo unos pocos alcanzamos: el cañón multimedia… Noto que voy algo incómodo con todo lo que cargo, pero me reconforto pensando qué bueno que pude comprar este aparato con el otro subsidio para investigación y extensión que ganamos junto con resto de nuestro equipo. La verdad es que ahora me alegra haberme presentado a varios llamados a subsidios de distintas agencias y en haber hecho después el pedido de reformulación del presupuesto que me otorgaron, aunque me llevó bastante tiempo leer los indicativos y llenar cada uno de esos largos y tediosos formularios online e impresos… recuerdo cómo se ralentizaba o caía el sistema cuando se acercaba la fecha límite de postulación, y ni hablar de cuando el software fallaba y había que hablar por teléfono a Buenos Aires. Qué claro tenían a qué sección derivarme, en una larga sucesión muy ordenada, y aunque finalmente me daban instrucciones que no me solucionaban el problema inicial, me respondían con paciencia y me mantenían contenido en el teléfono durante un buen rato, eh! Y a veces hasta me respondían los Emails! Ni me atrevo a pensar quiénes serán los iluminados que diseñaron ese software y esas bases de datos tan "tuneadas", como dice mi hijo. Ahora bien…, para darme un subsidio, realmente necesitarán saber mi grupo sanguíneo, o a qué hora rendí mi Tesis doctoral (me fue difícil encontrar cómo contestar esta última pregunta, por los veinte años transcurridos, así que no tuve otra escapatoria que mentirles levemente en los minutos ( ji-ji! Qué vivo estuve!). El campo ese era de llenado obligatorio, según decía, y total cómo se van a enterar? Ante cualquier requisitoria podría argumentar que entonces tenía atrasado el reloj, no?)? Sí, claro que debe hacerles falta. Posiblemente sea un criterio de evaluación importante, si no para que me van a pedir esa información, no? Pero…, y todos los innumeraaaaaables datos que ya había llenado en la (nos juraron) última-base-de-datos-maestra-y-final? O fue en la misma del año anterior? o la del anterior a ése? Bueh! Cosas de la informática! Lo cierto es que ya no tengo que pedir más el cañón de la Escuela. Había que reservarlo con antelación suficiente (porque es el único que hay destinado a clases de grado) y pagar por el uso (la lámpara es muy cara y, tarde o temprano hay que reponerla, pero lo que cuesta vale…) y por lo menos teníamos subir y bajar una vez por la escalera, hasta donde está el encargado de su resguardo (lástima que el único ascensor que funciona no llega a ese último piso). Y ese periplo se repetía si él no estaba, o si se nos antojaba ir fuera de los horarios acotados que estaban perfectamente fijados en su puerta. Y sí…, había que averiguar antes si el horario de atención era el mismo, salvo que uno subiera sólo por hacer el ejercicio físico. En fin, el médico dijo que me caería bien (y tenía razón: me caí una vez, pero no me hice nada grave, un chichoncito nada más). No sé porqué las autoridades le negaron el dinero al Departamento para comprar un cañón. Debe ser porque en él están comprendidas más de una docena de materias, y tenían miedo que nos peleáramos. Es entendible, porque siempre conviene priorizar la armonía entre pares.
Al dejar la escalera y antes de tomar el pasillo que lleva a mi oficina, esquivo los últimos obstáculos (unos mamotretos hábilmente dispuestos, que parecen esculturas surrealistas) y reviso si se encuentra allí el deseado y falluto ascensor. Efectivamente! Noto que la puerta externa está mal cerrada. Claro! Por eso no bajaba! Ocurre que la hoja corrediza es muy dura y pesada y entonces cuando la cierran desaprensivamente, rebota un poquito al pegar contra el marco. Pero al mirar por la ventanita de esa puerta, quedo boquiabierto al comprobar que también la puerta plegable interior está (totalmente) abierta! A duras penas abro la puerta externa. Veo que el interior de la cabina está un poco sucio, lleno de bolsas con residuos y hay algo de polvo, pelusa, puchos (qué raro, si no se puede fumar en este edificio…), basura suelta y una costra de mugre (dispuesta con una forma de cierto valor artístico) pegada a la goma y a los cromados del piso. Pero por el escobillón y el lampazo húmedo en gasoil que están ahí, deduzco que justo están limpiando, así que seguro va a quedar flamante. Que suerte! Porque me parece que venía gente importante de visita precisamente esta semana. Así verán bien linda a la Facu! Con un esfuerzo final, que me recuerda el tema de la cintura otra vez, cierro la puerta interna y voy empujando la puerta corrediza hasta que finalmente también cierra perfectamente.
De improviso, del baño sale raudamente un jovencito que viene en mi dirección, mientras se acomoda su llamativa gorrita con visera. Nunca lo había visto antes, pero seguro que es un alumno nuevo, porque en la gorra tiene la inscripción: ¨Aguante la Mona¨, lo que demuestra su compromiso a favor de la conservación de alguna especie en riesgo de extinción. Se para a mi lado, me mira de arriba abajo, y me pregunta educadamente: ¨lo va a tomar, tío?¨. Vacilé en responder, porque pensé que tal vez era el hijo menor de mi hermana, que estaba en una visita intempestiva a esta ciudad (viven en el norte, por lo que lo veo sólo de tanto en tanto, y es sabido que los niños pueden crecer de golpe sin que uno lo note). No atiné a responderle antes que en un movimiento sorprendentemente ágil, él abriera, entrara, cerrara y que la cabina partiera súbitamente hacia abajo, con un ruido bastante estrepitoso -ojo, dentro de lo normal- justo hacia el piso en que yo la había llamado hacía un minuto. También escuché algo así como una blasfema, que provino del hueco del ascensor. Se ve que el muchachito no iba justo a ese piso. Bueno!... cómo iba yo a saber? Además, yo creía que el ascensor era para profesores y usuarios con dificultades motrices. Pero se ve que estaba errado (de inmediato trato de borrarme esa idea, porque tal vez podría considerársela discriminatoria. No vaya a ser cosa…). Ahí nomás me asaltó este pensamiento: cómo ingresaría al edificio de la Facultad y cómo y por dónde subiría, si yo tuviese dificultades motrices o fuese un adulto mayor. No, bueno, para qué entretenerme en eso! Si lo de la accesibilidad de los edificios públicos es todavía para otros países y a fin de cuentas, cómo saberlo? Yo no soy arquitecto, ni ingeniero…

(CONTINUARÁ….)
Tercera Dosis: EL PARAISO

sábado, 12 de abril de 2008

SERIE: Narrativa Hiperrealista Cruel (1a entrega)

ESTILO: Novela dosificada

Relatos fantásticos sobre realidades absurdas

Primera Dosis: LA AVALANCHA

Son las diez y cinco de la mañana. Acabo de terminar de dictar las dos horas de clase de grado de los martes. Recordándome para mis adentros que debo subir a la web el archivo con la clase de hoy, para que los alumnos lo puedan tener a mano antes de la clase del jueves, desenchufo con mucho cuidado todos los aparatos que usé (parece algo flojo el tomacorrientes) y, antes de guardarlos en sus respectivas fundas, los voy soplando con toda la fuerza que puedo, uno por uno, para limpiarles la tiza, el polvo y algunos restos micrométricos de panelco. Qué puedo hacer para que no se desprenda este molesto aserrín de la mesa de apoyo que, como a las de otras aulas, también le arrancaron el laminado plástico? Afortunadamente a ésta sólo le falta un poco más de la mitad. El resto de la superficie está casi íntegra y con pocos grafittis. Acaso todo ese material extraño que chupan los ventiladores que tienen el cañón multimedia o la notebook, podrá dañarlos? No, seguro que estos equipos están hechos para resistir las condiciones de trabajo normales y mucho más!
Mejor me apuro… porque desde antes que terminara mi clase se viene escuchando con demasiada claridad el incesante ruido de los alumnos que asistirán a la clase siguiente y que están agolpándose, impacientes, afuera. Intento salir del aula como siempre, pero ocurre que el último alumno en irse cerró la puerta. Cómo va a cometer semejante acto de desconsideración! No vio que el picaporte interno no ha sido repuesto aún desde que desapareció (o se salió cuando se cayó el clavito que lo trababa), y no es de hoy que venimos cuidándonos por este tema, hace desde… no me acuerdo bien cuánto tiempo. Debe ser que no se consigue el mismo modelo que que está del lado de afuera. A juzgar por lo antiguo que es, seguro que ya está descontinuada su producción. O será el clavito lo que no consiguen, qué se yo… Entonces, vocifero pidiendo ayuda a los que siento que están charlando afuera. Pero no hay caso, el bullicio allí reinante no les deja oír mis alaridos. Ahora qué hago aquí hasta que alguien se digne a entrar? Pienso, pienso… y entonces me percato que puedo abrir la contrapuerta sacando los pasantes que la traban al piso (en realidad sólo debo quitar uno, porque el otro directamente no está). Ja!... Por algo soy Profesor por concurso en una prestigiosa Universidad Nacional, me vanaglorié para mí mismo…
Cuando logré abrir la puerta, se me abalanzó encima una multitud de pujantes (literalmente) estudiantes. Seguramente era por su gran avidez de conocimientos, ya que la clase siguiente empezaba recién después de transcurrida media hora. La emoción que me embargó por este hecho era tan grande que, al no poder contenerme, a modo de elogio se lo manifesté al alumno que quedó más cerca de mío durante el apretujamiento inicial. "No, profe!..., se equivoca!", me respondió sin detenerse, mientras se encaminaba velozmente hacia el interior del aula, y segundos después, una vez acomodado en un pupitre para zurdos (qué detalle!, se ve que tiene para elegir el que le sirve a sus capacidades), agregó: "Como en los primeros años somos muchos alumnos, si llegamos más cerca del horario de clase, debemos sentarnos en los escalones, o en el piso, o en la falda de algún otro (ahí sonrió y se sonrojó…, y pensé: quien solo se ríe…), o simplemente permanecer de pie, o desistir de quedarnos a la clase, porque no hay asientos suficientes para todos". Ahhh! No pueden imaginarse el alivio que sentí cuando él terminó la frase que, en su frenesí, había dejado inconclusa. Es que en esos interminables instantes, ya me atormentaba la posibilidad de haber invadido el horario de la siguiente clase, o de que un profesor hubiese tomado equivocadamente o ex profeso parte del horario mío (tal vez uno de esos que no consultan oportunamente, como se debe, a todos y cada uno de los responsables de asignar las aulas). Porque, créanlo!, a veces ocurre… Pero únicamente al principio del semestre. Después lo solucionan muy fácilmente, cambiándome a otra aula. Y de esta manera no se repite casi nunca más, en todo el resto del curso de ese semestre.
Salgo al exterior y cruzo a paso vivo el patio externo bajo una tenue llovizna que moja mi más o menos incipiente calva (dejé el paraguas en el laboratorio porque tenía las manos ocupadas!), mientras aprieto fuertemente bajo el brazo derecho mi valiosa y amada notebook. Suerte que con uno de los subsidios para investigación que ganamos me pude comprar finalmente una (me vino de perlas durante mi estadía de perfeccionamiento posdoctoral en USA)!! Nos juntamos como tres equipos de trabajo bien grossos. Difícil… pero rindió sus frutos, y todas las publicaciones científicas que surgieron! Sí, porque eso de desenchufar, trasladar y volver a conectar, de ida y vuelta la CPU, teclado, mouse y cableríos varios, antes y después de dictar una clase, era en primer lugar algo incómodo (será por eso que me dolía el ciático el año pasado cuando terminó el cuatrimestre? No, probablemente eran esos kilitos de más que tenía al comienzo… y la verdad es que me vino bien ese ejercicio dos veces por semana, pero espero que la cintura me deje de doler ahora). En segundo término, tenía que llegar a la facultad casi una hora antes (a veces se me fue la mano y tuve que esperar que abrieran la facu…, que loco!, no…?), sino con todo el traqueteo empezaba un poco más tarde la clase y temía que me saliera negativa la encuesta que llenan los alumnos para el control de gestión docente. Claro, qué van poner los alumnos? si conocen sólo la parte de la historia que tienen a la vista, y un horario hay que respetarlo...
Suena un celular? Es el mío? Sí. Ufa! Justo ahora que vengo embalado y tengo todo bien colgado y sostenido! Al estilo pulpo, miro la pantalla del móvil (se me quedó pegado este término desde mi última estadía como profesor invitado a una Universidad en España) y veo que por suerte es sólo un mensaje de texto de mi hijo menor (tengo dos varones –sorprendentemente, ninguno de ellos quiere seguir la carrera de Biólogo-). Me pide por favor que no me olvide de que hoy tiene un trabajo grupal de Biología (colegio Secundario) y quiere que lo ayude un poco. Cómo negarme? Ya veré como zafo de la reunión que fijaron para la Asamblea Docente, donde analizaríamos la posible adhesión al paro. Cuál fue mi excusa la última vez que falté a una reunión, hace un año? No puedo repetir la misma, a ver si todavía se acuerda alguien? Ah! Sí, ya recuerdo: la del auto descompuesto. Repaso mentalmente algunas posibles excusas creíbles de uso múltiple, y elijo la nunca bien ponderada del entreturno al odontólogo. Hay tantas reuniones y tan seguidas, que a veces tengo que sacrificar alguna!!!. Pero si no ayudo a mi hijo ahora y justamente en Biología -mi especialidad-!, entonces en qué? Aparte, como quedaría mi imagen ante su profesora, que me conoce bien porque fue una excelente alumna mía. Lo anotaré con letra chiquita, pero en rojo, en el lugarcito que quede libre en mi agenda, dentro de las actividades para hoy. Es que no puedo olvidarme y fallarle una vez más. No puede repetirse lo de la oportunidad pasada, cuando no llegué a tiempo por asistir a una conferencia científica, muy interesante, que fijaron a las siete de la tarde en un instituto cercano (qué buen horario! porque para uno es una diversión extra laboral, algo así como ir al cine…). Medito con qué frase original puedo responderle a mi amado hijo, como para que él perciba mi profundo compromiso con sus necesidades? Ya sé: con un dedo (el más hábil) tipeo inspirado: "OK", y oprimiendo el botón respectivo lo remito de inmediato hacia el éter y continúo mi marcha, sin esperar la confirmación del envío.
Envuelto en estos pensamientos llego hasta la puerta del ascensor. Con fe casi religiosa, oprimo el botón de llamado. Pero no viene. Paciencia, esperaré un poco. Seguro que lo está usando alguien. Sigo oprimiendo y esperando, oprimiendo y esperando… y… se ve que no viene, nomás…

(CONTINUARÁ….)
Segunda Dosis: EL ASCENSO

sábado, 5 de abril de 2008

Lo bueno, lo malo, lo feo...

Este video es para que meditemos en cómo nos fuimos adaptando a esto, poco a poco. Tanto es así que, no percibimos los elementos discordantes con un entorno laboral adecuado y saludable para desarrollar un proceso de enseñanza-aprendizaje? seguramente que sí, pero ya no nos importa? seguramente sí nos importa, pero ya nos resignamos? seguramente no nos resignamos, pero probablemente nos agotamos de reclamar por soluciones que no llegan.

Preguntémonos, entre otras cosas, si es justo que enseñemos y aprendamos en este ámbito, y qué imagen recibe alguien que, naturalmente, no está acostumbrado a esto?

Ahora bien, pensemos en lo que cada uno de todos nosotros (estudiantes, docentes, no-docentes, y autoridades de todos los niveles) podemos hacer, dentro de las responsabilidades y obligaciones que nos tocan, para que esto cambie de una buena vez.

Para solucionar algunas de estas cosas que se muestran no se necesita un gran presupuesto, para otras tal vez sí. Pero lo cierto es que hay que solucionarlas...

Colaboremos, no sólo no dañando, sino protegiendo el patrimonio de la universidad, como lo son sus instalaciones. Eduquemos al que necesita ser educado en ese sentido, denunciemos los problemas edilicios y/o de otro tipo, que detectemos cotidianamente.

Por ejemplo, asentemos las falencias en la hoja de observaciones que Bedelía nos hace firmar durante las clases. Pero no nos conformemos sólo con informar, luego también solicitemos respuestas a nuestros representantes en la Escuela de Biología, a los miembros del HCD, y a las autoridades.

Parece lógico...


miércoles, 2 de abril de 2008

EMBICHADOS

Les recomiendo este video clip de la película "Bichos" de Disney, a través del cual el campo hace una sátira del conflicto generado entre este sector y el Gobierno Nacional. "Embichados" se llama esta original protesta. Véanla y ríanse también.