Eco de tambores...

Es paradójico que, precisamente en la era de las comunicaciones resulte imposible contactar por vía telefónica a una sustancial parte de los integrantes de las cátedras y laboratorios de esta carrera.
Las vías basadas en el uso de la web, como son la mensajería instantánea, voz sobre IP (ej. Skype) y, en su defecto, el correo electrónico, han debido ser tomadas como los únicos medios para la comunicación más o menos rápida, entre los que a diario concurrimos a nuestra facultad. Salvo, claro está, del uso de la viva voz y/o las señas (que sirven de ventana a ventana, o de éstas al patio), la movilización física (saludable opción que muchos debiéramos considerar seriamente), la transmisión sucesiva en cadenas humanas por vías combinadas (recuerdan el gran bonetón...) y el empleo de los mal queridos teléfonos móviles.
Sin embargo, los medios basados en la web no han sido pensados para reemplazar la comunicación oral que se da vía telefónica, con excepción de la voz sobre IP. Pero esta última tecnología no está aún disponible para todos. Por otro lado, hay diferentes razones que hacen que no todo el mundo tenga teléfono celular o, si lo tienen, que no divulguen su preciado número por doquier, o simplemente que no dispogan del efectivo para afrontar el coste de las comunicaciones dentro del ámbito laboral o que, con justa razón, no deseen utilizar parte de su salario para (también) esto.
Los referidos inconvenientes en la comunicación entre pares, y entre la sociedad y los docentes/investigadores de Biología, no hacen más que disminuir la productvidad de nuestros recursos humanos y contribuyen a deslucir la imagen de la Universidad y sus diversos estamentos.
La reparación de la vetusta central que venía funcionando deficitariamente (debido a causas técnicas y humanas), sería con seguridad una solución insuficiente y de muy corto aliento.
Por ello, sería prioritario agilizar todos los pasos tendientes a la compra de una central telefónica automática para el edificio centro.